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Palenques y cimarronaje del Caribe en la Nueva Granada

 Cimarronaje en el Caribe. Fuente: Rivas, D; Lourdes, I. (2019)

Imagen 1. Cimarronaje en el Caribe. Fuente: Rivas, D; Lourdes, I. (2019)

El cimarronaje fue una gesta de la liberación materializada en trayectorias y espacialidades de la negritud en tiempos de la Colonia, así como un proceso de reconfiguración social, cultural, espacial, económica de comunidades negras deshumanizadas, explotadas y vaciadas. Pensar las trayectorias, escapar, recorrer y producir espacios para vivir fuera de los dominios del amo constituyeron las acciones para la delimitación de geografías macro (palenques) y micro (cuerpo), insurgentes, con estructuras sociales propias, símbolos y ejercicios de memoria para hacer la vida posible.  Por supuesto, fueron espacios de amenaza y atacados por las autoridades de la época.

Había dos razones por las cuales las personas negras esclavizadas emprendían la huida: una, para mejorar el trato que recibían de los amos como la escasa alimentación, los castigos y el exceso de trabajo; dos, para alcanzar la libertad de manera definitiva (Navarrete, 2001). La segunda razón también estaba motivada por la reconstrucción familiar; como expresa Castaño (2015), el padre escapaba primero y luego regresaba por la madre y los hijos, a quienes se les unía otro grupo de parientes. En otras ocasiones, el reencuentro era con la pareja o los hijos en busca de sus padres. En otros casos, el escape solo fue viable de forma individual hacia el horizonte de la colectividad.

Para Navarrete (en Castaño, 2015), los líderes cimarrones solían ser esclavizados antiguos, pues contaban con el conocimiento del territorio para crear las rutas de escape. En este sentido, el cimarronaje iniciaba con las ansías de libertad y una estrategia para la fuga. Además de los saberes particulares de cada cimarrón, este saber frente al espacio se construía, entre otras cosas, por el carácter de los oficios y trámites que realizaban los esclavizados. Bonil (2021), explica que el acceso a información relevante para el escape y las movilidades de los esclavizados estaban marcados por los oficios: artesanos comprando materiales, mujeres del servicio doméstico haciendo compras, los bogas transportando personas y mercancías, caracterizaban los desplazamientos de los esclavizados y por lo tanto, no solo ocurrían en medio de contextos urbanos y portuarios. De manera que, las personas negras conectaban personas, casas, fincas, caminos, lugares, lo cual fue un recurso importante para planear las rutas y levantar los palenques, principalmente alrededor de cuerpos de agua.

El Caribe de la Nueva Granada, y en especial la provincia de Cartagena, tenía las condiciones geográficas que posibilitaron la fuga: las alturas (aunque bajas en comparación con la zona andina), la espesura de la vegetación y el difícil acceso. Por ello, en esta área se configuraron núcleos palenqueros como los asentados en las serranías de Luruaco y San Lucas y en los Montes de María.  

Sin embargo, es en la provincia de Santa Marta, según Romero (2022), donde las primeras manifestaciones de cimarronaje tuvieron lugar. Tal es el caso de un grupo de indígenas y negros que se refugiaron en la región de la Ramada e incendiaron a Santa Marta en 1531. A este le siguieron otros que alertaron a las autoridades y los cuales fueron atacados como un palenque en las cercanías de la actual Valledupar. Así también, hubo otros palenques en “Santa Cruz de Masinga, el de San Antonio de Guachaca y el de la Sierra Nevada de Santa Marta que estuvieron muy activos en algunos momentos de los siglos XVI y XVII” (Romero, 2022, p. 26).

En 1655 se hizo evidente un conflicto de intereses entre los gobernadores de las provincias de Cartagena y Santa Marta por la jurisdicción de un palenque que se ubicaba entre los dos sitios. Este palenque estaba en las cercanías de Barranca y fue fundado por negros cimarrones que salieron del palenque El Limón (montes de María), luego de ser destruido en 1634 (Navarrete, 2008). Junto a este, otros palenques se trasladaban a la banda derecha del río para ampararse de las políticas de no agresión de la gobernación de Santa Marta (Castaño, 2015). “Los palenques de la otra banda (derecha) del río Magdalena fueron parte de la fuerte presencia de asentamientos cimarrones durante el siglo XVII, tanto en las márgenes del río Magdalena como en las sabanas que lo circundan” (Castaño, 2015, p. 12).

A su vez, aparecieron los palenques de Tapia, Guaimaral y Ganbanga (ubicados en La Otra Banda del río Magdalena) durante los inicios del siglo XVII, así como el palenque de la Magdalena en la provincia de Santa Marta, del cual provenían los cimarrones que formaron el asentamiento en San Miguel en los montes de María y el cual sirvió de base para el surgimiento de San Basilio de Palenque (en el actual Mahates) al iniciarse la segunda década de siglo XVIII (Romero, 2022). 

Principales Palenques del Caribe sabanero siglo XVII. Fuente Navarrete (2008) en Castaño (2015)

Principales Palenques del Caribe sabanero siglo XVII. Fuente Navarrete (2008) en Castaño (2015)

En la medida en la que se creaban los palenques, se disponía del aparato militar para debilitarlos. Por tal razón, sus formas de organización estaban pensadas para defenderse de las milicias españolas y el conocimiento sobre el territorio era un mecanismo de cuidado y resistencia. Cabe destacar que a finales del siglo XVI y comienzos del XVII, los dirigentes cimarrones eran africanos y se nombraban reyes apelando a los modelos de monarquía, entre ellos Ganga Zumba, Benkos Biohó, Yanga y Bayano (Prince en Romero, 2022). A inicios del siglo XVIII, los cimarrones descendientes de africanos eran llamados capitanes, gobernadores o coroneles e incluso eran reconocidos de esta manera por las autoridades españolas (Romero, 2022), lo cual denota el respeto y el temor frente a los líderes y al cimarronaje y los palenques como proceso de rebelión sostenido. 

En este sentido, el Caribe de la Nueva Granada y la actual Colombia fue escenario de producción de palenques cercanos a las aguas. Si bien los palenques eran espacios de libertad cuya estructura organizativa priorizó la defensa militar, el frente del cuidado del palenque también se fortalecía por las negociaciones con las autoridades de la época y las estrategias políticas lideradas por los dirigentes cimarrones (Romero, 2022). De esta manera, la garantía de la vida en los propios términos, espacializada en los palenques, iniciaba con el deseo de libertad, la creatividad para idear la ruta, la huida y la apertura a recurrir a todos los mecanismos disponibles con el fin de conservar la autonomía territorial en sus diferentes escalas.

Referencias bibliográficas

Bonil Gómez, K. (2022). Las movilidades esclavizadas del río Grande de la Magdalena, Nuevo Reino de Granada, siglo XVIII. Fronteras de la Historia, 27(2), 11-39. Disponible en https://revistas.icanh.gov.co/index.php/fh/article/view/1918

Castaño, A. (2015). Palenques y Cimarronaje: procesos de resistencia al sistema colonial esclavista en el Caribe Sabanero (Siglos XVI, XVII y XVIII). CS, (16), 61-86. Disponible en http://www.scielo.org.co/pdf/recs/n16/n16a04.pdf

Navarrete, M. C. (2001). Cimarrones y palenques en las provincias al norte del Nuevo Reino de Granada siglo XVII. Fronteras de la Historia, (6), 97-122. Disponible en https://revistas.icanh.gov.co/index.php/fh/article/view/703#:~:text=Los%20cimarrones%20intentaron%20reconstruir%20organizaciones,la%20vida%20de%20los%20palenques.

Romero, D. (2022). Cimarrones, palenques y música en el Caribe colombiano: una mirada desde la resistencia. Colombia: Ministerio de Cultura. Disponible en https://www.mincultura.gov.co/areas/poblaciones/Documents/biblioteca-libertad/CIMARRONES%20PALENQUES%20ACUERDOS_V01-05-2022.pdf

 

Autor
Lauren Ortiz Rodríguez